Los personal shoppers
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Hasta hace poco eran monopolio de las estrellas de Hollywood, las ejecutivas de éxito y las grandes fortunas, pero últimamente los 'personal shoppers', esos profesionales que se encargan de estudiar, reconocer y recomendar las prendas que mejor sientan a cada persona, están, cada vez más, al alcance de todos.
Conocen los secretos mejor guardados de la moda, son capaces de resaltar las virtudes más ocultas y esconder los defectos más incómodos, advierten de lo que es tendencia y lo que no y, sobre todo, prometen terminar para siempre con el angustiante "no tengo que ponerme".
Desde que el novio de Rosana le regaló "por sorpresa" un día de compras con un 'personal shopper', tiene "prohibido" volver a quejarse de que "todo" le sienta mal.
Al principio le pareció una "tontería", e incluso llegó a decir a Andrés, su pareja, que anulara la cita, pero al final, pasó un día "divertidísimo", consiguió "dar la vuelta" su armario, le enseñaron a escoger camisas y faldas que le ayudaran a estar "más cómoda en el trabajo" y -añade- le hicieron sentir "como una famosa".
PERSONAL SHOPPERS
Los 'personal shoppers' son expertos en tendencias y asesores de imagen "con un toque de psicólogos", asegura Lucía, una de esas "compradoras personales" que no tiene reparos en decir que desde su empresa 'vipshoppersmadrid' se "solucionan vidas".
Ella se encarga de estudiar la morfología de sus clientes, dar con los colores que mejor les sientan y determinar el tipo de prendas que más les favorecen, para luego escoger un fondo de armario que se adapte a su forma de vida, a sus gustos y, claro, a su presupuesto. "No se trata de disfrazar a nadie, y desde luego, dejamos muy claro que no por gastarte grandes fortunas, vas a conseguir un mejor estilo", enfatiza Lucía.
Muchos de los clientes que han acudido a Lucía, la mayoría mujeres, lo han hecho "porque no tienen el tiempo suficiente" para dedicarlo a "recorrerse todas las tiendas" y están "hartas" de tener en el armario "modelitos" que aún conservan su etiqueta.
Para ellas, Lucía y su socia, Sonia, tras estudiar su perfil, preparan una ruta por Madrid que incluye la visita a unas cuatro o cinco tiendas de moda en las que ya han escogido las prendas con las que saben que van acertar, aunque están abiertas a ir a otros negocios sugeridos por el propio cliente.
SERVICIO ACCESIBLE
En los años noventa el 'personal shopping' ya era considerado en Estados Unidos como "un servicio accesible, como lo podía ser el de un entrenador personal", apunta la estilista Blanca Gordón, de Shopin.
Sólo ahora parece que en España se empieza a "desmitificar" la experiencia, que normalmente se asocia al "lujo" y a la "elite".
Una de las últimas clientas que ha acudido a vipshoppingmadrid, Blanca, conoció el trabajo de las estilistas "a través de una amiga", que le insistía en que acudiese porque es "de esas personas que, aunque les encanta lucir bien, se aburre muchísimo al ir de compras", comenta.
Admite que, al principio, pensó que eso de ir de compras acompañada de una especialista era "una cosa extraordinaria y cara", pero, al final, lo que ha conseguido es "tranquilidad y confianza".
El 'personal shopping', además de convertirse en un regalo recurrente y una "inversión a largo plazo" en lecciones de moda, también, está pasando por una especie de tratamiento "para el ánimo".
Como quien se va la peluquería cuando está algo bajo de animo o se da un masaje tras una mala semana, hay quien decide que lo que realmente le va a "hacer bien" es ir de compras con un experto, porque "se evitan malos resultados y se aseguran el pasar un día distinto", explica la fundadora de Shopin.
Y es que en el fondo la idea de "lujo" les "viene bien" a los 'personal shoppers", o al menos así lo entiende Gordon, que explica que así, sus clientas tienen "la sensación" de que "están experimentando algo que es sólo de unos cuantos", un sentimiento que, aunque algo superficial, "todo el mundo merece probarlo".
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Conocen los secretos mejor guardados de la moda, son capaces de resaltar las virtudes más ocultas y esconder los defectos más incómodos, advierten de lo que es tendencia y lo que no y, sobre todo, prometen terminar para siempre con el angustiante "no tengo que ponerme".
Desde que el novio de Rosana le regaló "por sorpresa" un día de compras con un 'personal shopper', tiene "prohibido" volver a quejarse de que "todo" le sienta mal.
Al principio le pareció una "tontería", e incluso llegó a decir a Andrés, su pareja, que anulara la cita, pero al final, pasó un día "divertidísimo", consiguió "dar la vuelta" su armario, le enseñaron a escoger camisas y faldas que le ayudaran a estar "más cómoda en el trabajo" y -añade- le hicieron sentir "como una famosa".
PERSONAL SHOPPERS
Los 'personal shoppers' son expertos en tendencias y asesores de imagen "con un toque de psicólogos", asegura Lucía, una de esas "compradoras personales" que no tiene reparos en decir que desde su empresa 'vipshoppersmadrid' se "solucionan vidas".
Ella se encarga de estudiar la morfología de sus clientes, dar con los colores que mejor les sientan y determinar el tipo de prendas que más les favorecen, para luego escoger un fondo de armario que se adapte a su forma de vida, a sus gustos y, claro, a su presupuesto. "No se trata de disfrazar a nadie, y desde luego, dejamos muy claro que no por gastarte grandes fortunas, vas a conseguir un mejor estilo", enfatiza Lucía.
Muchos de los clientes que han acudido a Lucía, la mayoría mujeres, lo han hecho "porque no tienen el tiempo suficiente" para dedicarlo a "recorrerse todas las tiendas" y están "hartas" de tener en el armario "modelitos" que aún conservan su etiqueta.
Para ellas, Lucía y su socia, Sonia, tras estudiar su perfil, preparan una ruta por Madrid que incluye la visita a unas cuatro o cinco tiendas de moda en las que ya han escogido las prendas con las que saben que van acertar, aunque están abiertas a ir a otros negocios sugeridos por el propio cliente.
SERVICIO ACCESIBLE
En los años noventa el 'personal shopping' ya era considerado en Estados Unidos como "un servicio accesible, como lo podía ser el de un entrenador personal", apunta la estilista Blanca Gordón, de Shopin.
Sólo ahora parece que en España se empieza a "desmitificar" la experiencia, que normalmente se asocia al "lujo" y a la "elite".
Una de las últimas clientas que ha acudido a vipshoppingmadrid, Blanca, conoció el trabajo de las estilistas "a través de una amiga", que le insistía en que acudiese porque es "de esas personas que, aunque les encanta lucir bien, se aburre muchísimo al ir de compras", comenta.
Admite que, al principio, pensó que eso de ir de compras acompañada de una especialista era "una cosa extraordinaria y cara", pero, al final, lo que ha conseguido es "tranquilidad y confianza".
El 'personal shopping', además de convertirse en un regalo recurrente y una "inversión a largo plazo" en lecciones de moda, también, está pasando por una especie de tratamiento "para el ánimo".
Como quien se va la peluquería cuando está algo bajo de animo o se da un masaje tras una mala semana, hay quien decide que lo que realmente le va a "hacer bien" es ir de compras con un experto, porque "se evitan malos resultados y se aseguran el pasar un día distinto", explica la fundadora de Shopin.
Y es que en el fondo la idea de "lujo" les "viene bien" a los 'personal shoppers", o al menos así lo entiende Gordon, que explica que así, sus clientas tienen "la sensación" de que "están experimentando algo que es sólo de unos cuantos", un sentimiento que, aunque algo superficial, "todo el mundo merece probarlo".
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