Havaianas, 50 años no son nada!
Puede que ahora las sandalias nos parezcan algo demasiado común, pero hay que remontarse a 1962 para encontrar el origen de este calzado de goma que nació en Brasil, inspirado en las tradicionales sandalias Zori de Japón que las clases trabajadoras brasileñas enseguida convirtieron en sus favoritas gracias a su comodidad, a su durabilidad y, sobre todo, a su precio. No es casualidad que allí se las conozca como "el calzado del pueblo".
La euforia fue tan fuerte durante décadas que el gobierno de Brasil, en los años 80, llegó declarar a las Havaianas como producto de primera necesidad, lo que se traducía en supervisar su precio al igual que hacía con otros productos como el arroz para mantener la inflación bajo control y asegurar el acceso de las clases menos pudientes a este artículo de primera necesidad.
La euforia fue tan fuerte durante décadas que el gobierno de Brasil, en los años 80, llegó declarar a las Havaianas como producto de primera necesidad, lo que se traducía en supervisar su precio al igual que hacía con otros productos como el arroz para mantener la inflación bajo control y asegurar el acceso de las clases menos pudientes a este artículo de primera necesidad.
Su salto definitivo ocurrió a principios de los 90, cuando los turistas extranjeros empezaron a ver esas simpáticas sandalias como algo cool y a llevarse decenas de pares cuando regresaban a sus casas. Aquello creó la necesidad, aunque fue en 1998 cuando las Havaianas se hicieron realmente populares gracias a una edición especial para apoyar a la selección nacional durante el Mundial de Fútbol que incluía una pequeña bandera de Brasil en la tira de la zapatilla.
A Europa llegaron oficialmente por primera vez, aunque parezca mentira, en 2007, con tal fuerza que hoy creemos que toda la vida han estado. Quizás ahí radica el verdadero éxito de esta en origen modesta firma que hoy, para devolver el favor al mundo, ha puesto a la venta una edición limitada 50 aniversario cuyos beneficios íntegros irán destinados a apoyo de programas benéficos de UNICEF en Brasil. Nunca estuvo más justificado ir a la moda.
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