KIDULT: el grafitero rebelde de la moda.
Kidult es el artista callejero detrás de los subversivos grafitis en las vidrieras de las tiendas de lujo como Hermès, Celine o Marc Jacobs en ciudades como París y Nueva York. Su más reciente intervención fue hecha hace unos días durante el Paris Fashion Week. Esta vez su víctima fue la tienda Chanel, en la cual grafiteó falsas rebajas en su vidriera acompañadas de la irónica frase “Crisis Day Sale”.
Si bien este artista ha mantenido su identidad secreta, algunos dicen que es francés, pues su principal lugar de acción es París; otros afirman que sería originario de Nueva York. En todo caso, sus intervenciones han sido un éxito mundial desde el punto de vista mediático, obteniendo más de 24.000 seguidores en Facebook y 6.700 en Twitter.
Si bien este artista ha mantenido su identidad secreta, algunos dicen que es francés, pues su principal lugar de acción es París; otros afirman que sería originario de Nueva York. En todo caso, sus intervenciones han sido un éxito mundial desde el punto de vista mediático, obteniendo más de 24.000 seguidores en Facebook y 6.700 en Twitter.
Armado con su extintor lleno de pintura y cubriendo su cara con un pasamontañas de calavera, Kidult fundamenta su acción declarando su feroz oposición contra la deformación del graffiti como expresión del street art. Por un lado busca recordar el carácter ilegal de este acto vandálico además de su poder como herramienta de protesta. Por el otro, insiste en la naturaleza libre y gratuita de esta práctica callejera.
Denuncia la forma en que firmas como Marc Jacobs, Louis Vuitton, Martin Margiela lo han usado con fines comerciales alterando su significado original y reduciéndolo a una tendencia. Su odio a las marcas de lujo viene también de sus márgenes exorbitantes, la forma en que incentivan el materialismo y el consumo y cómo celebran la mala repartición de la riqueza.
Denuncia la forma en que firmas como Marc Jacobs, Louis Vuitton, Martin Margiela lo han usado con fines comerciales alterando su significado original y reduciéndolo a una tendencia. Su odio a las marcas de lujo viene también de sus márgenes exorbitantes, la forma en que incentivan el materialismo y el consumo y cómo celebran la mala repartición de la riqueza.
El año pasado, este artista tagueó la palabra ART en la vitrina de la tienda Marc Jacobs en Soho. Con algo de sarcasmo, la respuesta del diseñador norteamericano fue sacar provecho de este supuesto acto vandálico -que además cuadraba perfectamente con la estética de la marca-. Sacó una foto de la vidriera grafiteada y la estampó en una polera con la siguiente frase “Art by art Jacobs”. Cada camiseta fue vendida por USD$ 686, precio que seguramente eligió para escandalizar a Kidult. Lo más irónico -y quizás triste del caso- es que muchas personas llegaron a creer que esta había sido una colaboración entre la reconocida marca y el artista. Lo cual hubiera sido típico de Marc Jacobs, ¡y típico de nuestra era!
A la estrategia comercial de Marc, Kidult contestó sacando su propia camiseta titulada “NOT ART BY KIDULT” y en un acto simbólico vendió cada ejemplar a 6,86 euros. Esta forma de “brandalizing” buscaba claramente desprestigiar la prenda de Marc Jacobs.
Además, el activista repitió sus grafitis, esta vez en la tienda parisina de Marc Jacobs, escribiendo la cifra 689? y expresando en Twitter: “680? 689?…686?! How much are you going to sell this for?
Desde ese episodio con Marc Jacobs, Kidult ha sido criticado por hacer lo que tanto criticaba. Si bien esto fue en un acto de ironía, no queda clara su posición en el mundo del graffiti.
Apoyado por algunos, despreciado por otros, lo que resulta confuso es que si bien el objetivo de Kidult es perjudicar la imagen de estas marcas, en muchos casos sus intervenciones parecen beneficiarlos, contribuyendo a una concepción “cool” de la protesta que nada tiene que ver con su objetivo de denuncia social.
Web oficial | KIDULT
A la estrategia comercial de Marc, Kidult contestó sacando su propia camiseta titulada “NOT ART BY KIDULT” y en un acto simbólico vendió cada ejemplar a 6,86 euros. Esta forma de “brandalizing” buscaba claramente desprestigiar la prenda de Marc Jacobs.
Además, el activista repitió sus grafitis, esta vez en la tienda parisina de Marc Jacobs, escribiendo la cifra 689? y expresando en Twitter: “680? 689?…686?! How much are you going to sell this for?
Desde ese episodio con Marc Jacobs, Kidult ha sido criticado por hacer lo que tanto criticaba. Si bien esto fue en un acto de ironía, no queda clara su posición en el mundo del graffiti.
Apoyado por algunos, despreciado por otros, lo que resulta confuso es que si bien el objetivo de Kidult es perjudicar la imagen de estas marcas, en muchos casos sus intervenciones parecen beneficiarlos, contribuyendo a una concepción “cool” de la protesta que nada tiene que ver con su objetivo de denuncia social.
Web oficial | KIDULT
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