Dior et Moi, el documental sobre Raf Simons en Dior.
Muchos elogian la evolución de Dior con Raf Simons al mando. Otros reniegan de ella, y añoran al malogrado Galliano. Las respuestas a cualquiera de estas opiniones llegaban con el estreno en el festival de cine de Tribeca del documental Dior and I, un viaje al corazón actual de la maison de la mano del director Frederic Tcheng.
Tchen ya ha dirigido anteriormente el documental Diana Vreeland: The eye has to travel (2011) y ha participado en Valentino: The last emperor (2008), que narra los preparativos a la última colección del veterano diseñador. El director ha documentado el trabajo de Simons y su equipo a través de varios meses en las oficinas centrales de París. Una vez estrenado, y con el resultado sobre la mesa, lo primero que llama la atención del documental es que director y firma han decidido no hacer referencia alguna a los predecesores de Simons. Ni rastro de Galliano, Saint Laurent, Marc Bohan o Gianfranco Ferré.
Si una colección de Alta Costura lleva normalmente una promedio de 8 meses para ser elaborada, Simons contó con 8 semanas. Todo a partir de aquí se muestra en él único y excepcional: su uniforme de trabajo en verano, unas bermudas blancas. Sus bocetos no son dibujos, si no carpetas llenas de inspiraciones para que su equipo las interprete.
Su nulo dominio del francés no supone una barrera, el franglais es más que suficiente. Y frente al clasicismo del pasado, se le escucha varias veces decir "que lo verdaderamente romántico para mi es el futuro". Quizá por eso este recuerdo visual prescinda de Galliano, para poder demostrar que el futuro también puede ser romántico.
Tchen ya ha dirigido anteriormente el documental Diana Vreeland: The eye has to travel (2011) y ha participado en Valentino: The last emperor (2008), que narra los preparativos a la última colección del veterano diseñador. El director ha documentado el trabajo de Simons y su equipo a través de varios meses en las oficinas centrales de París. Una vez estrenado, y con el resultado sobre la mesa, lo primero que llama la atención del documental es que director y firma han decidido no hacer referencia alguna a los predecesores de Simons. Ni rastro de Galliano, Saint Laurent, Marc Bohan o Gianfranco Ferré.
Si una colección de Alta Costura lleva normalmente una promedio de 8 meses para ser elaborada, Simons contó con 8 semanas. Todo a partir de aquí se muestra en él único y excepcional: su uniforme de trabajo en verano, unas bermudas blancas. Sus bocetos no son dibujos, si no carpetas llenas de inspiraciones para que su equipo las interprete.
Su nulo dominio del francés no supone una barrera, el franglais es más que suficiente. Y frente al clasicismo del pasado, se le escucha varias veces decir "que lo verdaderamente romántico para mi es el futuro". Quizá por eso este recuerdo visual prescinda de Galliano, para poder demostrar que el futuro también puede ser romántico.